Desde la antigüedad, la ilusión por mantener la piel joven, con un aroma único y bella, llevó a expertos en alquimia, hechiceros y conocedores de las virtudes de los recursos naturales, a elaborar productos que en un principio sólo se utilizaron para representar simbolismos y curar enfermedades; propiciando con ello la búsqueda permanente de nuevos ingredientes para elaborar cremas y aceites, que tuvieran la capacidad de aliviar, detener el paso del tiempo o que, al menos, consiguieran mantener el aspecto deseado.

Como consecuencia de esto, se ha desarrollado progresivamente un gran mercado en torno a los productos de perfumería y cosméticos, utilizando principios activos, que van desde derivados del petróleo para su fabricación, hasta el uso de materias primas de origen animal.

Cabe resaltar que el mercado de perfumería y cosmético, desde sus orígenes dirigió sus esfuerzos a la satisfacción de un mercado objetivo, las “Mujeres”; sin embargo, a la par con el desarrollo de la humanidad, el crecimiento de este mercado dirigió su mirada a un segmento inexplorado, el de la población masculina, lo que ha permitido la ampliación del portafolio de productos y a su vez, la especialización de acuerdo con características adicionales como son la edad, el sexo, el estrato socio-económico, entre otros.

Este crecimiento y masificación, a nivel de comercialización de los productos a nivel de perfumería y cosméticos, ha traído consigo un incremento en las ventas y competencia es por ello que se requiere una constante actualización y mejoras en los procesos.

En el siguiente trabajo se estará presentando información que permitirá entender que es la empresa y su entorno, como está constituida, los procesos involucrados, los planes de ventas, financiamiento e inversión.